Axel Ruiz 23/06/ 2023

El miércoles 21 de Junio de 2023 en la alcaldía Cuauhtémoc dentro de la Torre Diana se llevó a cabo un panel por parte de AT&T para hablar sobre las familias diversas y las redes de apoyo LGBTQ+, con el objetivo de dialogar sobre las consecuencias de la exclusión por orientación sexual o identidad de género en la familia, las repercusiones e implicaciones de sus integrantes, acompañados de expertos en el tema, organizaciones civiles y familiares. El panel fue moderado por Diego Martínez, gerente en Pride Connection México; entre los invitados estuvieron Andrea Rivera, psicóloga y coordinadora de talleres en Cuenta Conmigo, Edu Balmori, directora ejecutiva de The Trevor Project,  Karla Gutiérrez y Moraima Marini, ambas madres de un miembro de la comunidad lgbtq+. 

El tema inició con la importancia de la salud mental de lxs jóvenes que sufren de rechazo, estigma, abuso o violencia, porque existen muchos factores que pueden causarles incomodidad o no sentirse seguros, ¿Qué pasa con estos jóvenes? 

Es necesario cuidar nuestra salud, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud se define como el completo bienestar tanto físico, mental y emocional. Para llegar a estar bien es muy importante el entorno donde crecemos como personas se liga con nuestra salud mental. La familia es el primer círculo que buscamos, al no tener esa aprobación, cariño o amor genera una relación rota.

Por eso es alarmante el rechazo de la familia puede lastimar mucho a las familias, es un factor que puede llevar a soledad, depresión, crisis y de no tratarse abre la posibilidad de un pensamientos suicidas, la cual es la segunda causa de muerte de 15 a 25 años y un 28.7% (1.4 millones de personas) de la población LGBTIQ+ reportó haber pensado en suicidarse o haberlo intentado alguna vez. Por ello The Trevor Project insistió en su búsqueda para prevenir el suicidio y ofrecer atención de crisis para brindar un espacio seguro a las personas. Y lo imprescindible es que estos espacios no solo existan en junio y reconocer a las organizaciones su labor durante todo el año como redes de apoyo, que no solucionan todo el problema pero son un lugar seguro, una guía y un primer paso para  trabajar en conjunto con las familias, cambiar, amarnos y esforzarse por salir adelante.

Por su parte Cuenta Conmigo busca abrir la diversidad en las personas, están comprometidos con el bienestar de la comunidad Lgbt y sus familias, gracias a su equipo multidisciplinario integrado por profesionales en salud, educación y de trabajo comunitario, para así generar espacios de inclusión seguros y que las familias mejoren sus estados emocionales, mejorar vinculaciones afectivas con su entorno y mejorar su salud sexual. Ofrecen atención psicológica especializada, grupos de apoyo con círculos de confianza y talleres para familiares. 

Esta apertura de mente a los temas, informarse al respecto y la disposición para hacer un cambio nos dice que las familias lo están logrando, lo está haciendo, avanzan o logran a través del amor y el respeto. Es una mirada autocrítica, a su historia, reconocer que hicieron lo que pudieron con lo que tuvieron y lo que aprendieron.  Porque en este proceso también es importante para quien está definiendo su orientación que se le escuche y valore sus sentimientos; sin embargo, no muchas veces sucede eso porque hay un rechazo, distanciamiento y ruptura del vínculo por parte de los padres. Esto define a los hijxs haciendo de su proceso una tortura. Por ello debe replantearse,  hay que prepararnos para hacerlo diferente. Que nuestro entorno si nos cambia e influye en las expectativas, como nos percibimos, la pregunta ¿puedo decir que soy?

“Estos espacios permiten que se dejen ser, sentir y cuestionar lo aprendido, los patrones que reproducen en su familia, voltearse a ver, permite no solo “aceptar” sino que reconocerse como parte de una familia diversa y que se puedan abrazar” 

Andrea Rivera

Crear vínculos diferentes, espacios diferentes, para facilitar el proceso, hacer este viaje acompañado, tener espacios seguros para ser las personas que somos es la misión de los organizadores y una responsabilidad de todas las personas para tirar esas dinámicas, crear una diferencia con su grano de arena, saber que esos apoyos o redes existen para cambiar esa estructura, mejorar la vida y crear otras historias familiares.  

Moraima Marini cuenta la transición de su único hijo, quien a sus 17 años en la prepa, se empezó a juntar mucho con un niño homosexual, le dijo a su hijo y él le contesto “lo sé, yo también lo soy” 

Lo primero que sintió fue culpa, ¿Qué podía hacer para “curar” a su hijo? Probó con terapias aromáticas, terapias psicológicas y psicoanálisis. Esto generó distancia entre ellos porque se enfocó más en lo que la lastimaba a ella, en lugar de los sentimientos de su hijo, porque le angustiaba no tener nietos.  Finalmente un sacerdote en su comunidad le aconsejó aceptar y agradecer lo que tenía. Esto ayudó a Moraima a cambiar su perspectiva, entender mejor el daño que hacía, a  buscar ayuda, informarse en internet, tomar cursos para entender a su hijo y abrirse ante la familia. Ahora ayuda con su testimonio a los que tengan las mismas dudas de este proceso. 

Karla Gutiérrez, otra madre de un hijo lgbt, cuenta que ella sufría rechazo de su padre por ser madre soltera, esto la llevó a separarse de su familia y buscar apoyo en otros lados, por lo que conoció otras personas, con testimonios dolorosos y situaciones difíciles por su orientación sexual, esto le ayudó a empatizar con ellos, rechazados por presión social de sus familias, así pudo procesar su dolor y aceptar esas diferencias; por eso  en el momento que su hijo le confesó su atracción por los niños se esforzó en  trabajar en la mente, sentimientos e ideas del niño, escucharlo, atenderlo de forma amable. En ese proceso para llevarlo a cabo de la mejor manera, cuando se resuelve así esta situación desde el amor el resultado cambia bastante 

El panel concluyó reconociendo la labor de las organizaciones, destaca la importancia de aceptar las ayudas que existen, tenemos estas herramientas que los demás padres no tuvieron antes, que el desgastado discurso de “así me criaron” ya no sirve, entender que el proceso es tardado y es distinto con cada persona. Los problemas no se resolverán después de la primera terapia, primero hay que reconocer el miedo y evitar los discursos de odio para mejorar la relación familiar y la confianza de los miembros. Así podemos dejar atrás la soledad y desconfianza de pensar ¿Quién sí quiero que me escuche?, y lograr ser nosotrxs mismxs con los demás.